Por qué tantas mujeres de 40 años están agotadas? El auge del burnout

Mujer agotada en la cama por burnout

¿Qué es el burnout?

En los últimos cinco años, muchas mujeres alrededor de los 40 años están viviendo algo que va mucho más allá del cansancio normal: se sienten quemadas, sin energía, desbordadas y emocionalmente agotadas. Esto tiene un nombre: burnout.

Pero, ¿qué es exactamente el burnout? ¿Por qué afecta tanto a mujeres en esta etapa de la vida? Y lo más importante… ¿se puede hacer algo para salir de ahí?

Vamos a explicarlo de forma clara.

El burnout explicado sencillo

El burnout, o síndrome de estar “quemada”, es un estado de agotamiento físico, mental y emocional que aparece después de un tiempo prolongado de estrés. No es solo estar cansada: es sentir que ya no queda energía para las tareas diarias, que la motivación desaparece y que incluso lo que antes disfrutabas ahora pesa.

¿Por qué afecta especialmente a mujeres de 40?

Cada persona es distinta, pero hay factores comunes en esta etapa vital:

  • Carga mental: trabajo, familia, cuidados, casa… muchas veces todo recae en las mismas manos.

  • Exigencias internas: la autoexigencia de hacerlo “todo bien” y “llegar a todo”.

  • Cambios vitales: a los 40 pueden coincidir momentos de transición — hijos adolescentes, cambios de pareja, crisis profesionales o personales.

  • Falta de autocuidado: cuidar de los demás primero y dejarse a una misma en último lugar.

Mujer meditando al amanecer para superar el burnout

Señales de alerta

Algunas pistas de que puedes estar viviendo un burnout:

  • Te levantas cansada aunque hayas dormido.

  • Irritabilidad, poca paciencia o ganas de aislarte.

  • Dificultad para concentrarte o tomar decisiones.

  • Sensación de que nada cambia aunque hagas esfuerzos.

  • Dolencias físicas recurrentes (dolor de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos).

¿Se puede salir del burnout?

La buena noticia es que sí. Con el acompañamiento adecuado, es posible recuperar energía, equilibrio y ganas de vivir con más calma. Algunos primeros pasos son:

  • Reconocerlo: ponerle nombre ya es empezar a cambiarlo.

  • Pedir ayuda: no tienes por qué cargar sola con todo.

  • Cuidar tu cuerpo: descanso, alimentación, movimiento suave.

  • Poner límites: aprender a decir “no” y priorizar lo importante.

  • Buscar apoyo profesional: la terapia ayuda a reorganizar tu vida emocional y recuperar tu fuerza.

Un espacio para ti

En mi consulta acompaño a mujeres que atraviesan este proceso, ofreciéndoles un lugar seguro donde parar, escucharse y reencontrarse consigo mismas. Si al leer esto sientes que algo resuena contigo, recuerda: no estás sola y pedir ayuda es un paso de valentía, no de debilidad.

👉 Si al leer esto sientes que algo resuena contigo, reserva una primera sesión o una llamada informativa, y demos juntas el siguiente paso hacia tu bienestar.

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